Para que el derecho a la salud sexual y reproductiva sea respetado, debemos poder contar con información, productos y servicios que garanticen el acceso a la planificación familiar voluntaria y a métodos anticonceptivos modernos.
A pesar de que este derecho debería ser para todas y todos por igual, las personas con discapacidad -especialmente las mujeres y jóvenes- enfrentan importantes obstáculos que les impiden tomar decisiones independientes acerca de cómo cuidar su salud y planificar su vida.
El acceso a los anticonceptivos ayuda a las mujeres y jóvenes con discapacidad a decidir si tener hijos o hijas y en qué momento, a prevenir embarazos no deseados y a protegerse contra #ITS, incluido el #VIH.
Qué método es mejor: ¡Es una decisión personal!, y entre ellos se incluye:
Métodos de barrera (preservativos masculinos y femeninos, diafragmas),
Métodos hormonales de corto plazo (pastillas, inyecciones, anillo vaginal),
Métodos reversibles de acción prolongada (implantes, dispositivos intrauterinos),
Métodos permanentes (esterilización masculina y femenina voluntaria),
Anticoncepción de emergencia.
También es importante tener acceso a información sobre métodos de planificación familiar, incluidos el método de la temperatura corporal basal, el método de dos días y el método de los días fijos.
Para que las personas con discapacidad no corran el riesgo de ser sometidas a esterilizaciones o a recibir anticoncepción sin su consentimiento voluntario y plenamente informado es fundamental protegerlas, y los gobiernos tienen la obligación de hacerlo.
¿Conocías este derecho? ¡Comparte, comenta y viraliza el compromiso!
Construyamos una sociedad más justa para todos y todas.